el mundo visto desde mi pantalla

Más reciente

Enfermo

Tu nunca me dejas estar sano,

pero eres el único lugar en el que soy feliz

estando enfermo.

Otros Astros

Galaxias que se dan dentro de un cuerpo

Erramos en espacios limitados

Extraviados en las órbitas secretas

Del destino más obscuro y más cerrado

¿Que somos sino estrellas solitarias

Que adoran el destello de otros astros?

Preguntas que vagamos suavemente

En cielos de coral y de sargazo

Te busco pero no puedo alcanzarte

Persona observatorio sin cohete

No importa cuantos años pueda amarte

Por siempre soledad es mi juguete

Y así desnudo desde la distancia

Que impone la frontera de este sueño

Entiendo que sin ti no sería nada

Y aprendo que jamás seré tu dueño

 

 

¿Las razones correctas?

Volver a escribir, por ira e impotencia. Por la furia que me provoca que el mal esté siendo tan fuerte e implacable y el bien tan débil y pusilánime. Volver a escribir para leer y cuestionarme sobre mis ganas de matar a los que matan para que ya no maten, porque prefiero pensar que sería bueno matar a un maldito que mata inocentes que perdonarle la vida para que siga haciéndolo. Muy poco cristianos mis pensamientos, muy poco judíos y budistas y musulmanes, porque este es un tema de vísceras, de impulso vital y no de razonamientos que muchas veces en su frialdad y distanciamiento invitan a pasar a la habitación de la discusión a la cobardía y la inacción. Hace un par de días John Oliver, un presentador y analista hacía en su programa su caso contra la pena de muerte, y no pude estar del todo de acuerdo con él. Me hubiera gustado seguro, estar de acuerdo con que no hay razón alguna para matar a otro ser humano, me hubiera gustado asentir cuando decía que eso estaba mal, pero no pude, no pude estar del todo de acuerdo. Aunque soy un tipo que podría describirse a veces hasta como amoroso y humano, no puedo aceptar la premisa de que todas las vidas valen lo mismo, o de que no hay personas que en sus actos y su maldad se empeñan con fervor en perder todos sus derechos humanos. Ya lo sé; muy poco cristiano, pero cuando veo los atroces crímenes cometidos contra mujeres o niños o ancianos indefensos, sin ninguna piedad ni misericordia, no puedo evitar ver a estos criminales con los ojos de quien mira lo desconocido, lo inadmisible y lo horroroso. Veo un animal,(porque todos lo somos), que dejó de ser racional, que perdió el contacto con sus semejantes, que perdió toda empatía y que vive ahora en un mundo alejado y desconocido para los que aún sentimos complicidad y cercanía por el resto de la manada. Y probablemente los terapeutas y psicólogos podrán argumentar que hay esperanza para estas criaturas desquiciadas y desalmadas, pero la reincidencia es terrible y la reinserción social no da buenos números estadísticos a favor de esa idea. Se podrá decir que esto es por causas de un sistema defectuoso, o podría yo decir que es también porque muchos de estos sujetos que han matado sin piedad y torturado inocentes, están ya muy profundo en el abismo de la inhumanidad como para tratar de alcanzarlos.

Tal vez mañana me sienta más caritativo y piadoso y esté de acuerdo con John Oliver, hoy no.

Frases favoritas de Mefi

Lo bailado ni Dios lo quita.
Prefiero vivir un día como rey que toda la vida como esclavo.
De que sufran en mi casa a que sufran en la suya, en la suya.
La vida es como una paleta de hielo, se acaba, chupes o no chupes.
Qué tanto es tantito?.

Estas son solo algunas de las frases favoritas del principe obscuro, suenan tentadoras pero suelen tener desenlaces muy sombríos.

El día.

El día que el arte tomo la forma que debía, nació mi bebé. El día que se afectaron los colores y se desdobló mi piel sobre la alfombra del mundo, nació él. El día que la mujer que amo lloró lágrimas dulces y sangró de alegría, nació. Ese fue el día. El mejor de todos los días,ese día nació mi bebé.

Leer.

Leer es vivir. Si nos ponen en una fiesta horrible en la que no queremos estar y en donde nos estamos aburriendo mucho, ya sea porque no entendemos una palabra de lo que se habla o porque no nos interesa nada de lo que se dice, porque nos parece mal dicho o porque no estamos en absoluto de acuerdo con ello, es lo mismo que si nos dieran a leer el libro equivocado. Y preguntándome el porque de que haya gente que sufra tanto para comenzar a leer o para tener constancia con una lectura, llegué a la conclusión de que los culpables no son los niños que no quieren leer o los jóvenes que se rehusan a entrar en ese maravilloso mundo; el problema son los libros.

O dicho de otro modo, los encargados de fomentar la lectura no tienen en la mayoría de los casos ni la menor idea de como hacerlo. Dan a los niños y jóvenes lecturas a destiempo con respecto a su edad, a sus intereses y a su actualidad. Clásicos, les llaman; en muchos casos libros bellamente escritos y joyas de la literatura, que aburren por completo y alejan para siempre de la lectura a los principiantes de las letras.

Interesar y apasionar son palabras claves en este proceso de atracción, su ausencia es la muerte literaria de generaciones de lectores. Es tanto como querer que un chico de 6 años aprenda a amar la música escuchando a John Coltrane o a Rachmaninoff, no es imposible, pero es muy difícil, sobre todo en un ambiente no controlado como es el mundo actual. Computadoras, tabletas móviles y teléfonos inteligentes, son vínculos con cantidades ilimitadas de información de todo tipo; la cultura pop se mezcla con la popular y la clásica o culta como es llamada; las diferencias de género se desvanecen y la complicación de mantener a los niños y jóvenes alejados de cierto tipo de información es casi impensable y los que creen que con candados de seguridad y una supervisión cercana y feroz lo pueden lograr, solo se engañan y se privan de dar a los chicos las herramientas adecuadas para manejar y procesar la información a la que estarán expuestos de una u otra forma. La curiosidad mató al gato que no estaba preparado.

Y siguiendo con estás preguntas me encontré recordando mi propio proceso como lector. Nací en en una familia en donde la lectura estaba presente pero no era tan importante en la vida familiar. Mi padre lee desde que tengo memoria en sus ratos libres, los fines de semana por ejemplo y sin duda lo disfruta pero no es algo imperioso en sus actividades diarias. Mi madre, a pesar de su fantástica intuición y su aguzado sentido del análisis, nunca ha sido muy asidua a leer; por lo que mi camino como lector fue muy autodidacta, lo cual en mi visión fue favorable. Recuerdo a mi madre leyéndonos cuentos antes de dormir, una costumbre que comenzó cuando yo ya tenía unos 10 años y recuerdo a algún profesor de la primaria leyendo a Poe en voz alta la última hora de clases cada viernes, ambos muy gratos recuerdos. Recuerdo algunos libros de regalo . Juan Salvador Gaviota de Bach, Corazón de  De Admicis, El Principito de Saint-Exupéry.  Pero no me recuerdo leyendo mucho por gusto. No me recuerdo enamorado de la lectura cuando niño. Entonces me pregunté, ¿cuándo fue que comencé a leer?, y para mi sorpresa, mi primer recuerdo de lectura interesada y apasionada es: Tampico, un primo querido, sus cómics.

Nunca más dejé de leer. Pasé de los cómics a los pequeños libros de aventuras en donde se podía escoger lo que el personaje principal iba a hacer a continuación y de ahí a pequeñas novelas y biografías hasta llegar al día de hoy donde leo prácticamente de todo tipo de publicaciones. De ahí que me naciera dedicar algunas líneas a todos aquellos que tengan la oportunidad de recomendar un libro a un niño o un adolescente. Los libros que se leen en la escuela no han servido para apasionar y mantener el amor por la lectura de por vida, porque muchas veces, esos libros no se relacionan con nuestra vida o nuestro diálogo interior. Solo quiero decir que sí, que siempre hay libros que sí lo hacen y que no tiene nada de malo ni de raro que nos aburra un libro; no es motivo de vergüenza ni de frustración, es solo que tal vez no es el momento adecuado o que de plano, estamos en presencia de un mal libro; ah, porque también los hay, y muchos.

ImageAsí que solo es cosa de seguir buscando y buscando cual es la fiesta que nos acomoda, la ciudad perfecta, el sueño adecuado y entonces irnos de vacaciones ahí, por un tiempo.

Porque…

No te amo más porque no tengo más dedos

No te amo más, porque no tengo más fuerzas 

porque para amarte necesito algunos límites que si pierdo dejo de ser yo,

porque para amarte más me tengo que salir de mi .

No te amo más porque no sé cómo ser otro que pueda hacer eso,

porque tendemos que ser dos para poder hacerlo

para poder darte algo.

No te amo más porque necesito un mundo afuera de mi para tocarte y 

no quiero dejar de estar ni de verte, no puedo ni debo perder el aire de adentro,

porque para amarte alguien debe de querer hacerlo y yo quiero seguir siempre queriendo 

desde aquí, desde los límites que me permiten ser y verte.

Por eso.

Saber.

Hay cosas que nunca voy a saber. Misterios de la vida irresolubles, que quedarán en el silencio por la eternidad. Esos misterios me mantienen cerca de la eternidad, acabo de descubrir en las lineas anteriores, cerca de lo que ha sido y será y llena el espacio del ser de todos, de lo que pertenece a nadie y al universo entero.Mejor no investigar , ni buscar respuestas; todo espíritu científico está contraindicado en momentos en los que nuestra ausencia nos impide para siempre lo de descubrir la verdad de acontecimientos extraños. Llegar y ver solo lo que ha quedado y pensar probablemente en la solución de aquello; más sin embargo no poder de ninguna manera acercarnos de forma diferente a la imaginativa al verdadero evento; el que sucedió, el que a pesar de no haber sido observado tal vez por nadie, de hecho pasó. El cómo que se nos escapa y se vuelve solo una posibilidad de reconstrucción parecida a un andrajo compuesto de trozos de tela que no se pertenecen entre sí y que en realidad se convierten en una tercera cosa, lejana de la que buscamos en casi todo. El quién, cómo y cuándo de muchas cosas, nunca nos será revelado y probablemente de ese silencio cognoscitivo provenga algo de la gran sabiduría del desapego y la aceptación. Nunca una rendición sencilla, sino el verdadero acto lógico de aceptar cuando eso, no lo sabremos jamás. A menos que lo sepamos algún día.

May.

Hermosa gatita, ¿no quieres volver a tu casa con tu familia que tanto te ha dado?; ¿no te gustaría volver a sentir nuestros abrazos otra vez?. No , eres un gato que quiere ser libre y conocer y viajar por el mundo, con esa libertad total que tienen los gatos, la libertad que carece de conciencia y de culpa y de apegos. Hermosa gatita, nos dejas con la tristeza que dejan los gatos, la de la culpa y la pregunta, ¿debimos tenerte encerrada para que no huyeras?, en Suiza está prohibido por la ley encerrar a los gatos, se ha investigado y concluido que el cautiverio en estos animales podría devenir en locura, por lo que se les manda construir una pequeña puerta de entrada (y salida) , y se les pone un chip que activa la apertura de esta puerta. Aquí en mi país aun los encerramos y no creo que exista esa tecnología ni de puertas ni de chips que abren las puertas, así que la opción viable es dejar que te vayas.

Hermoso humano, cuantos apegos y convenciones tienes. Te he disfrutado y me gustó estar contigo, ahora seguiré pasándola bien en algún otro lado y si de pronto siento algunas remotas ganas de verte de nuevo, volveré, tal vez por algunas horas y me iré de nuevo probablemente aprovechando que tú no me encierras, aprovechando que respetas mi libertad de marcharme. Esa es mi moral, yo no entiendo la tuya y tu no entiendes la mía. No puedo decir que lo siento , porque no lo entiendo, aunque me gustaría pensar que por un segundo puedes tener mente de gato y ser feliz por mí, si estoy y si no.

Hermosa gatita, gracias.

Hermoso humano gracias por darme las gracias.

Seguir.

Seguir; seguir haciendo de cualquier forma, aunque caiga la noche mientras tanto y los ojos de nadie lleguen a ver lo hecho. Seguir haciendo sin pensar, fabricando formas de decir lo de dentro, canales y vías, puentes abandonados y caminos intransitados que al fin están ahí, abiertos; vacantes y útiles. Y seguir porque no hay de otra. Seguir porque a pesar de los engaños autoimpuestos, así debe de ser; es lo correcto para el alma, ¿para quién?, para el alma, el alma, lo que se es, el centro, el verdadero, el inmortal, el ser que se comunica con el cuerpo, el que se siente aquí , el de los 21 gramos, el de los libros, el sagrado, el humilde, al que no le importan los resultados a pesar de que nadie le haga caso, el que sigue, la que sigue, lo que sigue antes y después de esto, de aquí. Seguir a pesar de las miradas vacías y los oídos que no escuchan, seguir, por mi y por los que te miran y entienden a quién miran, a qué miran, a sí mismos, al cosmos, a ti. Sin razón terrenal, sin razón comprensible y expresable, pero con toda la razón.